Terrores Nocturnos
(Sin piedad para los
Condenados)
"Se desplomó en
la silla, el pelo se mesaba, y se puso a declamar melancólicos versos, que en
su contenido llevaban la insania mientras que, con las manos hacía sonar un dos
huesos."
Lewis Carrol - La Caza del Serpiburón
"Turbante Noche,
sigo despierto y sé que el Diablo frecuenta soledades.
Gustavo Cerati
Intro
La llorona y los
fantasmas,
los nahuales,
chaneques, aparecidos,
diablos y demás
apariciones
se transfiguran de continuo
ante la mirada del que camina tras los cerros
manifiestan su
insanía de continuo
ante la gente que,
aterrada comenta:
¡Ah, experiencia!
Con el índice sobre
los labios
murmuran llenos de
espanto.
¡La llorona!
y recomiendan
seriedad a sus escuchas
y discreción a los
incrédulos.
Pues todos entienden
que no es ilusión,
sino pura verdad.
Recordad que el
diablo acostumbra páramos yermos
y solitarios
La Llorona
"Hay, yo quiero
amarte llorona
hay, yo quiero llorar
contigo,
déjame ayudarte
na'más dime cómo,
y así será"
Saúl Hernández
"Salías del
templo un día, llorona,
cuando al pasar yo te
ví.
Hermoso huipil
llevabas, llorona
que la virgen te
creí"
La Llorona - Canción tradicional
Grito mordaz surca
los siete vértices del continuum,
obscuro grito
tenebroso
que causa congoja,
terror y desconsuelo.
Entonces la valentía
toma equipaje y huye de casa
para que el miedo
entre
y se instale bajo la
cama
de la habitación
de nuestro corazón.
Las voz temblorosa,
abuela susurra con
reverencia y éxtasis religiosa.
¡Es la Llorona!
****
Grito en el agua, se
abre en medio de la noche...
se yergue el miedo en
la columna vertebral
y la Muerte observa
acechando con
paciencia
y ferocidad...
(La obscuridad vuela
en espirales
sobre blancos huesos)
y la Llorona va
cantando una serenata,
balada olvidada
de amor, de locura y
de muerte.
****
Gritos del más allá
rasgan la seda de la
Noche
y el Miedo se
ruboriza ante
El sádico placer
nacido del duro trabajo
de la pesadilla...
Y el agua remolinea,
turbada
por antiguos odios
fermentada.
¡Es la Llorona!
Diablos, demonios,
brujas y chaneques
no hielan la sangre
tanto como esa frase
Trémulamente
murmurada
en una habitación
sola,
con la luz apagada,
por los labios
propios sollozada,
¡Oh figuras blancas
bajo la Noche
en pie gritan ante la
casa!
****
Gritos en el río...
agua que reflejan el
infortunio,
que son Tarot de
Muerte
para los médiums
dementes.
Se abre un encanto
en la Noche de San
Juán,
y la Llorona camina
bajo las farolas
arrancándose pedazo a
pedazo
Su rostro putrefacto.
Y camina bajo la
lluvia torrencial gritando que nada es cierto
que el mundo es una
ilusión,
que nada existe y que
La verdadera Tierra
nos aguarda
más allá de las
veladoras flotando en el río.
****
Gritos en el panteón,
pues un paseo
nocturno
nos puede guiar a la
insanía.
Bajo la farola, sí,
bajo la farola
la llorona llora de
risa histérica
ante el pobre y trasnochado caminante
que tuviera el
infortunio,
¡Hay! De encontrarle.
Lacrimal risa en el
panteón de la cordura.
No hay veladoras en
el río.
Se ahoga el silencio.
El ojo que ve
muertos,
occularis infernus
se cierra ¡Oh,
Hlisdjard, tronus absu
para Malitzin
encerrada
dejando paso al
silencio!
Nahuales
Afuera es paso de
Nahuales trasnochados
que acechan no sé por
qué razón.
Rasgueo falseado en
una guitarra
sin cuerdas
y que resuena en el
silencio
de la noche pálida y
enmudecida.
****
Noche escaldada en
terrores,
de cadenas y cueros
que se arrastran.
Alaridos en la Noche,
pasos en el agua,
pacto sellado,
mutación del humano,
murmullos por
doquier.
****
****
El terror de la
insípida palabra que como baba idiota
escurre de las fauces
purulentas
De los hijos
proscritos de la Eva Mitocondrial.
Indescriptible
palabra inútil
en el bastión del
silencio.
****
Cae el velo del rostro
de la muerte
en un puente
donde un niño
fantasma
lanza alaridos de
cristal afilado
contra las venas
destrozadas de su madre muerta.
****
Un barco fantasma sin
tripulación alguna viaja hacia la muerte
surcando océanos de
miedo, en la obscuridad de eras pasadas.
****
Las rosas flotan en
el río
como un regalo a los
ahogados,
aquellos que
extienden sus brazos esqueléticos
buscando asir
fragmentos de vida...
y lloran lo
muertos...
sollozan los ahogados
espíritus del río,
la corriente del
Apatlako se lleva
río abajo
las flores del mal...
****
¿Quién me dirá
qué vi volar ayer
bajo la sangrienta
luna?
Porque no me puedo
explicar
mi horror ante la
eternidad.
****
Pasos suaves en casa
silente
pasos tímidos, pasos
leves.
Grito impronto
una pequeña cabecita
de gato gira
y con sorpresa mira
a la mujer
boquiabierta
que contempla como el
nahuál
se roba los
centenario de la abuela.
****
Saltos y saltos ante
ojos azorados,
la marrana sata
llena la noche de
burlas.
Chillido animal
atruena en los oídos
de los incorpóreos
gritos de algarabía y
triunfo,
cantos gregorianos
para los desechos.
****
La noche es de miedo,
huaraches abandonados
sobre piedras
blancas.
Los condenados
recorren la calleja,
embozados ocultando
sus rostros
mutados
sus rasgos insanos
retan a la cordura de
cuantos los ven
transitando calmados
la plaza de la iglesia.
****
Los cañaverales
ocultan sus misterios
que pocos se atreven
a profanar,
nadie quiere saber,
por ejemplo,
quien mueve la milpa,
quien abandona
cuerpos vaciados
colgando de los chopos,
o quien te sonríe con
extrañeza
mirando con insana
fijeza
cuando pasas cerca
de maizales
y arrozales.
El Charro Negro
El relincho del
caballo del Diablo
resuena por las
piedras del monte
donde aguarda ahora
la hora
de tu muerte.
El charro negro
aguarda
con ancestral
paciencia
el momento de
conocerte.
****
El relincho del
caballo del Diablo
resuena en las calles
del pueblo
donde busca el camino
que lo llevará
al negro y solitario velorio
donde la presa
descansa,
esperando ser
reclamada.
****
El relincho del
caballo del Diablo
Mece las cunas de los
condenados,
donde el charro
observa con fijación extrema
el modo en que se
asfixian
con su propia sangre
mientras les da a
beber, con sus rojas zarpas
gotas de oro líquido.
****
El relincho del
caballo del Diablo
Ya no es tan común
como antaño
pero. Créelo, se
sigue moviendo,
tú, yo y el mundo.
Todos objetivos
directos.
****
El relincho del
caballo del Diablo
Resuena en la gran
ciudad,
los autos no
importan,
su caballo los sortea
con sin igual agilidad.
su sombrero engendra
la mascada
de sombras en su faz.
****
El relincho del
caballo del Diablo
Atruena mientras su
pecho vibra en la noche
Estruendo.
El Diablo está en el
pueblo esta noche
quizá haya edificios,
centros y cinemas
Pero él sonríe,
reconoce su lugar
como si aun mirase
antiguas haciendas,
derruidas hace
tiempo.
Vaga por las calles rebuscando
en la basura
la flor podrida que
debe llevar
a sembrar a la sombra
de un sepulcro
en el infierno.
****
El Diablo aguarda partiéndose
de risa
bajo una caseta
telefónica
fumándose un puro
marca con negra zarpa
el número de su
siguiente visita.
tono...
la llamada es para
tí.
Ánima Sola
El fuego del infierno
escupe en ésta noche
una sinfónica
estridencia de condenación,
los gritos en el
campanario
acallados
repentinamente por melodías de cadenas.
Hay augurios de
muerte,
ahí, espera fatídica,
en busca de la
redención.
****
La oración en la
noche resuena con estridencias
tres veces las
cadenas escucharás sonar,
desnuda el alma debe
suplicar,
con fin de ofrecer lo
que amas
por aquello que mas
anhelas,
lo que más atesores,
por lo que mas deseas.
****
Veladoras en el río
y velas.
Mientras velas
aguardando
la hora marcada de
incienso y tiniebla.
Negruras densas en el
vaso vacío
de la veladora.
Alfileres enterrados
en cera...
incrustan el metal en
suave
y pétrea materia.
Mente y pensamiento,
en el rezo.
****
Novena a las ánimas
solas del purgatorio.
Aquellas que
solitarias aguardan tu compañía.
¡Ah! Amantes
abrazados
a la piedra fría
de la tumba.
Clara señal oscilando
clara
En las llamas del
cirio
ad inferos
canticum tuum,
hominispiritualis.
arreciando
tempestades de gritos en Ixtlán.
In tenebris la
tonatzin del xocoyotzin solloza
in tenebris, ed in
laudem tenebrarum.
****
Concierto de gritos y
cadenas
viajes póstumos a
olvidadas laderas
a montes tenebrosos
a valles embrujados
por mil corazones
traspasados.
Ánimas, que no
amanezca.
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