jueves, 23 de abril de 2015

Terrores Nocturnos

Terrores Nocturnos
(Sin piedad para los Condenados)



"Se desplomó en la silla, el pelo se mesaba, y se puso a declamar melancólicos versos, que en su contenido llevaban la insania mientras que, con las manos hacía sonar un dos huesos."

Lewis Carrol - La Caza del Serpiburón


"Turbante Noche, sigo despierto y sé que el Diablo frecuenta soledades.

Gustavo Cerati


Intro


La llorona y los fantasmas,
los nahuales, chaneques, aparecidos,
diablos y demás apariciones
se transfiguran de continuo ante la mirada del que camina tras los cerros
manifiestan su insanía de continuo
ante la gente que, aterrada comenta:
¡Ah, experiencia!
Con el índice sobre los labios
murmuran llenos de espanto.
¡La llorona!
y recomiendan seriedad a sus escuchas
y discreción a los incrédulos.
Pues todos entienden
que no es ilusión, sino pura verdad.
Recordad que el diablo acostumbra páramos yermos
y solitarios

 La Llorona

 

"Hay, yo quiero amarte llorona
hay, yo quiero llorar contigo,
déjame ayudarte
na'más dime cómo,
y así será"

 Saúl Hernández


"Salías del templo un día, llorona,
cuando al pasar yo te ví.
Hermoso huipil llevabas, llorona
que la virgen te creí"

La Llorona - Canción tradicional


Grito mordaz surca los siete vértices del continuum,
obscuro grito tenebroso
que causa congoja, terror y desconsuelo.
Entonces la valentía toma equipaje y huye de casa
para que el miedo entre
y se instale bajo la cama
de la habitación
de nuestro corazón.
Las voz temblorosa,
abuela susurra con reverencia y éxtasis religiosa.
¡Es la Llorona!

****

Grito en el agua, se abre en medio de la noche...
se yergue el miedo en la columna vertebral
y la Muerte observa
acechando con paciencia
y ferocidad...
(La obscuridad vuela en espirales
sobre blancos huesos)
y la Llorona va cantando una serenata,
balada olvidada
de amor, de locura y de muerte.

****

Gritos del más allá
rasgan la seda de la Noche
y el Miedo se ruboriza ante
El sádico placer nacido del duro trabajo
de la pesadilla...
Y el agua remolinea, turbada
por antiguos odios fermentada.
¡Es la Llorona!
Diablos, demonios, brujas y chaneques
no hielan la sangre tanto como esa frase
Trémulamente murmurada
en una habitación sola,
con la luz apagada,
por los labios propios sollozada,
¡Oh figuras blancas bajo la Noche
en pie gritan ante la casa!

****

Gritos en el río...
agua que reflejan el infortunio,
que son Tarot de Muerte
para los médiums dementes.
Se abre un encanto
en la Noche de San Juán,
y la Llorona camina bajo las farolas
arrancándose pedazo a pedazo
Su rostro putrefacto.
Y camina bajo la lluvia torrencial gritando que nada es cierto
que el mundo es una ilusión,
que nada existe y que
La verdadera Tierra nos aguarda
más allá de las veladoras flotando en el río.

****

Gritos en el panteón,
pues un paseo nocturno
nos puede guiar a la insanía.
Bajo la farola, sí, bajo la farola
la llorona llora de risa histérica
ante el pobre  y trasnochado caminante
que tuviera el infortunio,
¡Hay! De encontrarle.
Lacrimal risa en el panteón de la cordura.
No hay veladoras en el río.
Se ahoga el silencio.
El ojo que ve muertos,
occularis infernus
se cierra ¡Oh, Hlisdjard, tronus absu
para Malitzin encerrada
dejando paso al silencio!

Nahuales

 

Afuera es paso de Nahuales trasnochados
que acechan no sé por qué razón.
Rasgueo falseado en una guitarra
sin cuerdas
y que resuena en el silencio
de la noche pálida y enmudecida.

****

Noche escaldada en terrores,
de cadenas y cueros que se arrastran.
Alaridos en la Noche,
pasos en el agua,
pacto sellado,
mutación del humano,
murmullos por doquier.

****

****

El terror de la insípida palabra que como baba idiota
escurre de las fauces purulentas
De los hijos proscritos de la Eva Mitocondrial.
Indescriptible palabra inútil
en el bastión del silencio.

****

Cae el velo del rostro de la muerte
en un puente
donde un niño fantasma
lanza alaridos de cristal afilado
contra las venas destrozadas de su madre muerta.

****

Un barco fantasma sin tripulación alguna viaja hacia la muerte
surcando océanos de miedo, en la obscuridad de eras pasadas.

****

Las rosas flotan en el río
como un regalo a los ahogados,
aquellos que extienden sus brazos esqueléticos
buscando asir fragmentos de vida...
y lloran lo muertos...
sollozan los ahogados espíritus del río,
la corriente del Apatlako se lleva
río abajo
las flores del mal...

****

¿Quién me dirá
qué vi volar ayer
bajo la sangrienta luna?
Porque no me puedo explicar
mi horror ante la eternidad.

****

Pasos suaves en casa silente
pasos tímidos, pasos leves.
Grito impronto
una pequeña cabecita de gato gira
y con sorpresa mira
a la mujer boquiabierta
que contempla como el nahuál
se roba los centenario de la abuela.

****

Saltos y saltos ante ojos azorados,
la marrana sata
llena la noche de burlas.
Chillido animal
atruena en los oídos de los incorpóreos
gritos de algarabía y triunfo,
cantos gregorianos para los desechos.

****

La noche es de miedo, huaraches abandonados
sobre piedras blancas.
Los condenados recorren la calleja,
embozados ocultando sus rostros
mutados
sus rasgos insanos
retan a la cordura de cuantos los ven
transitando calmados la plaza de la iglesia.

****

Los cañaverales ocultan sus misterios
que pocos se atreven a profanar,
nadie quiere saber,
por ejemplo,
quien mueve la milpa, quien abandona
cuerpos vaciados colgando de los chopos,
o quien te sonríe con extrañeza
mirando con insana fijeza
cuando pasas cerca
de maizales
y arrozales.

El Charro Negro



El relincho del caballo del Diablo
resuena por las piedras del monte
donde aguarda ahora la hora
de tu muerte.
El charro negro aguarda
con ancestral paciencia
el momento de conocerte.

****

El relincho del caballo del Diablo
resuena en las calles del pueblo
donde busca el camino que lo llevará
al negro y solitario velorio
donde la presa descansa,
esperando ser reclamada.

****

El relincho del caballo del Diablo
Mece las cunas de los condenados,
donde el charro observa con fijación extrema
el modo en que se asfixian
con su propia sangre
mientras les da a beber, con sus rojas zarpas
gotas de oro líquido.

****

El relincho del caballo del Diablo
Ya no es tan común como antaño
pero. Créelo, se sigue moviendo,
tú, yo y el mundo.
Todos objetivos directos.

****

El relincho del caballo del Diablo
Resuena en la gran ciudad,
los autos no importan,
su caballo los sortea con sin igual agilidad.
su sombrero engendra la mascada
de sombras en su faz.

****

El relincho del caballo del Diablo
Atruena mientras su pecho vibra en la noche
Estruendo.
El Diablo está en el pueblo esta noche
quizá haya edificios, centros y cinemas
Pero él sonríe,
reconoce su lugar
como si aun mirase antiguas haciendas,
derruidas hace tiempo.
Vaga por las calles rebuscando en la basura
la flor podrida que debe llevar
a sembrar a la sombra de un sepulcro
en el infierno.

****

El Diablo aguarda partiéndose de risa
bajo una caseta telefónica
fumándose un puro
marca con negra zarpa
el número de su siguiente visita.
tono...
la llamada es para tí.

Ánima Sola



El fuego del infierno escupe en ésta noche
una sinfónica estridencia de condenación,
los gritos en el campanario
acallados repentinamente por melodías de cadenas.
Hay augurios de muerte,
ahí, espera fatídica,
en busca de la redención.

****

La oración en la noche resuena con estridencias
tres veces las cadenas escucharás sonar,
desnuda el alma debe suplicar,
con fin de ofrecer lo que amas
por aquello que mas anhelas,
lo que más atesores, por lo que mas deseas.

****

Veladoras en el río
y velas.
Mientras velas aguardando
la hora marcada de incienso y tiniebla.
Negruras densas en el vaso vacío
de la veladora.
Alfileres enterrados en cera...
incrustan el metal en suave
y pétrea materia.
Mente y pensamiento, en el rezo.

****

Novena a las ánimas solas del purgatorio.
Aquellas que solitarias aguardan tu compañía.
¡Ah! Amantes abrazados
a la piedra fría
de la tumba.
Clara señal oscilando clara
En las llamas del cirio
ad inferos
canticum tuum, hominispiritualis.
arreciando tempestades de gritos en Ixtlán.
In tenebris la tonatzin del xocoyotzin solloza
in tenebris, ed in laudem tenebrarum.

****

Concierto de gritos y cadenas
viajes póstumos a olvidadas laderas
a montes tenebrosos
a valles embrujados
por mil corazones traspasados.

Ánimas, que no amanezca.

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